Un día perdido desperté en maderas
Con los pies descalzos, con los ojos vastos
De sueños inquietos, de besos no dados.
Un día más tibio amanecí en primavera
Con aroma a flores y mi piel en llamas
Con rastros de hadas; sin tus manos osadas
Un día en sueños me sumergí en el otoño
Besé la sequía y perdí el horizonte
Me ahogué en los recuerdos, lloré por las noches
Con la cruel escarcha me cubrí en invierno
Me limpié las botas, me inmiscuí en tus miedos
respiré vahos de menta y juré por los cielos.
Una tarde amarilla como un canario triunfante
en la ilustre ventana escuché penoso
el crujir de las notas en tu cantar sinuoso
Verano no llegaste y eras mi esperanza
Hoy espero tieso el verde de tus palmas
Hoy te quiero y siempre, hoy te guardo en miradas.
Federico
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