sábado, 12 de julio de 2014

Reflexiones sobre ti

Porque hay que dejar. Y seguir…haciendo lo que los mortales hacemos. Empujados por el tiempo, manejados por sentimientos, aturdidos por voces que no quieren cesar.

Todo este día unos centímetros en mi silla esperaron por ti.
Todo este día sentí esperanza.
Todo este día anhelé… verte, olerte, besarte.
Todo este día imaginé. Te imaginé.
Todo este día pude encender tu voz en mi mente para recordar como sonaba.
Todo este día fantaseé con el placer de nuestro encuentro.
Todo este día pensé que eras lo que quería.
…mas todo este día sólo soñé.
Pues, al terminar, empezó otro y muchas cosas consigo.
Al terminar el día dudé.
Y al terminar el día me angustié.
Al terminar el día me pregunté si eras el mismo sobre el que había estado pensando el día pasado.
Un tanto entristecido asentí.
Años, situaciones, gustos, ideas y algo más de nosotros no se encuentran.
Tu silencio resuena.
Tu silencio condena.
Tu silencio despista.
Tu silencio disfraza.
Tu silencio me exaspera.
Tu silencio me agota.
No quiero silencio. No más, porque no sirve.
Contame qué te pasa.
Quién sos, al fin y al cabo.
Quiero conocerte, y que mi piel roce otra piel que pueda enfrentar el terremoto cotidiano.

Todo este día, y al terminar el mismo, sólo pude hundirme en tus silencios y saber qué quiero. Tanto y tan poco. Bastante. Dudoso. Quieto. 

Federico
12/07/14

No hay comentarios.:

Publicar un comentario