...es comprobar quiénes siguen a tu lado, es percatarse de que
uno perdió, tal vez, un 365 días quejándose o fijándose en detalles y en otras
superficialidades que no son más que sucesos temporales. Es una sensación híbrida:
se combinan los triunfos, las metas logradas, las sonrisas desbordantes y esos
momentos inolvidables, junto con aquellos sinsabores que nos recuerdan que
somos mortales y que la felicidad se basa en pequeños momentos que hay que
saber aprovechar. Un año más son sentimientos encontrados, un torbellino de
sucesos que se te vienen a la mente y de planes a futuro para los que este
lapso de tiempo no alcanza; son momentos en que uno se aferra a utopías como
así también destierra ideas que ya no cuadran dentro del marco de pensamiento
“nuevo”. Empezar otro año es disfrutar de ver uno más de estos a cada ser
amado, de poder descubrirle esa sonrisa que va a quedar impresa en tu recuerdo,
de poder abrazarlo con diferentes intensidades, de poder compartir sus
victorias y tropiezos. Sumar un año es intentar mejorar, es aprender del pasado
y es otra oportunidad para caer, porque somos humanos y no nacimos para vivir
una vida perfecta y sintética; es derramar lágrimas por motivos que
desconocíamos, es un año más de exploración y de tesoros encontrados, de aventuras
cotidianas que a veces se asemejan a una odisea.
Algunos me dirán que un año más es sólo eso, como si fuese
poco o como si pudiese medirse a este únicamente a través de pruebas físicas
cada vez más rotundas que nos cuentas del paso del tiempo.
Tal vez algunos digan que hoy hablo esto desde la inexperiencia,
desde el optimismo y la convicción propios de un adolescente que se cree que se
lleva el mundo por delante. Y tal vez sea así, pero también puede que sean un
tanto extremistas y exagerados al emitir una opinión de ese tipo porque la
actitud positiva es algo que no depende de los años sino del espíritu y de la
voluntad de la persona.
Lejos de querer
contarle a la gente en una actitud de soberbia qué se siente sumar un año más a
los 20, lo que quiero es expresar mi humilde, pero no por eso insulsa visión
del paso del tiempo.
Hay años que creo que son decisivos en la vida de alguien;
hay años que te marcan para “todo el viaje,” como diría algún viejo. Y
lógicamente los años van a ser distintos porque cada segundo que pasa es diferente.
Entonces, pues, serán más intensos, otros más estables, otros más dignos de ser
recordados; pero lo que nadie puede discutirme es que expresar que un año no
sirvió es ser un poco desagradecido con la vida y un poco básico en la
percepción y en la “práctica” de la misma.
Federico
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